PÁGINA DE TEATRO

“Mister Shakespeare” tiene la particularidad de disponer de un sitial en el escenario donde uno se “sienta” a escuchar las disquisiciones del psiquiatra, del dramaturgo, que se funden con las experiencias del Bardo de Avon.

No es una experiencia fácil para quien no está familiarizado con los monólogos y menos cuando son un tanto complejos y difíciles, cargados del contexto shakesperiano del siglo 16. La fronda intelectualoide no es muy tupida en Chile y sin duda uno de los grandes representantes es DE LA PARRA, y desde allí intentar la comprensión del texto resulta un buen ejercicio.

Una cosa que queda muy clara: pasada cierta barrera, cuando se está más cerca del andén, es que todos o la mayoría, reflexionaremos sobre el camino recorrido; de las experiencias vividas, hasta del escaso humor paterno del que tenemos recuerdo, y que todo, finalmente, se teñirá de recuerdos hasta que recordar ya no sea posible.

Por lo mismo es una pieza extraordinaria que permite detenerse en ese espacio donde la reflexión es posible en un mundo que parece exigirnos mayor velocidad segundo a segundos. Actuada adorablemente por “el abuelo” que te hace su confidente, solo faltó el whisky.