Javiera González, conocida en el ambiente artístico como KAI, joven cantante y compositora emergente de la comuna de Colina, ha destacado por su sensibilidad artística, su autenticidad y su capacidad para transformar experiencias personales en música con sentido y propósito. Con una voz íntima y un estilo que conecta directamente con las emociones, ha comenzado a abrirse paso en la escena local con honestidad y una propuesta que invita a reflexionar.
Hace unas semanas presentó su primera composición original titulada “Lejos de Mí”, una canción profundamente personal que habla del camino interno, la terapia y la presión de los mensajes positivistas que inundan las redes sociales. A diferencia de la narrativa dominante, su obra se atreve a poner sobre la mesa lo que muchas veces permanece oculto: el dolor, la vulnerabilidad, la dificultad de levantarse cada día, y la necesidad de disimular para cumplir con las exigencias del trabajo, la universidad e incluso la familia, donde el sufrimiento sigue siendo un tabú.
En sus propias palabras, KAI se refirió a:
”¿Quién habla de lo malo? Cuando duele, cuando apenas puedes levantarte, cuando tienes que enmascarar tu dolor. Yo quise hablar de eso. De lo que muchos hemos vivido en silencio.”
“Lejos de Mí” invita a escuchar sin juzgar, sin consejos apresurados, sin frases hechas. Es una canción que se posiciona desde la escucha activa, desde el silencio comprensivo, desde el abrazo a la fragilidad. Su mensaje es claro: sentirse mal no es debilidad, y pedir ayuda o mostrar vulnerabilidad es un acto de valentía.
La metáfora de “navegar lejos de mí” refleja esa sensación que muchos conocen: cuando el dolor parece alejarnos de quienes amamos, pero dentro de nosotros vive la esperanza de que algún día puedan regresar, vernos y entendernos. La canción ha conectado profundamente con quienes la escuchan, porque da palabras y forma a experiencias que demasiadas veces permanecen escondidas.
Con esta primera obra, KAI se posiciona como una voz honesta, sensible y necesaria, abriendo camino hacia una música que no solo acompaña, sino que sostiene, reconoce y abraza lo humano.